top of page
camilopedrocapo1_0.jpg
Mario Cano

En este último par de años, la música urbana y el reggaetón ha obtenido más que nunca desde su aparición, mayor relevancia en la industria musical. Los rankings musicales de medios de comunicación, las presentaciones de estos géneros en premiaciones ya no solo latinoamericanas sino internacionales e incluso, la difusión de esta música en radios que solían transmitir únicamente música pop o salsa son solo algunos ejemplos de lo expuesto en un principio: lo urbano y el reggaetón están en todas partes.

Hay muchas críticas negativas hacia ambos géneros y sus exponentes. Muchas veces me sumo a ellas, pero al mismo tiempo tengo en cuenta que hay que tomar este tipo de música como una forma más de entretenimiento y, ¿por qué no? Disfrutar de ella. Negar que alguna vez lo hemos hecho sería de doble moralista.

Aun así, es difícil cuando escuchas singles que en realidad, no te transmiten nada salvo ideas sin relevancia alguna, y aún peor, cuando hay gente que las aceptan inconscientemente y hacen de ellas parte del soundtrack de sus vidas.

Esta idea viene constantemente a mi cabeza con las canciones que tengo que escuchar porque el volumen de las combis supera el de mis auriculares y me revientan los tímpanos. Algunas de ellas llegan a gustarme y, sí, las agrego a una playlist dedicada a estos géneros –mi crítica hacia ellos no cambia, simplemente me entretengo escuchándolos-, pero la gota que derramó mi vaso llamado criterio lírico y musical fue la súper rankeada “Tutu”.

Música y letras hay de todo tipo. No todas las canciones tienen que ser profundas, llena de metáforas o críticas a la sociedad o a la política. Para eso tenemos a Lennon, Blades y Sabina, e incluso dentro de los géneros en cuestión, a Residente. Y si bien cuando un artista intenta lograr un éxito y posicionarlo en las listas musicales se lanzan singles con palabras y melodías sencillas que peguen en la mente de los oyentes, como lo ha hecho Camilo, el autor y cantante de este tema, junto a Pedro Capó, diría que la famosa “Tutu” es un insulto al cerebro de quienes consumimos música.

Una cosa es escribir canciones tontas sabiendo que lo son y que por esa gracia van a pegar, y otra es escribir canciones tontas disfrazándolas de hits al amor y luego declarar que como artista escribe pensando en el legado cultural dejará a otras generaciones. Entonces, ¿qué clase de legado nos intenta dejar el colombiano Camilo? ¿Qué cambio en el mundo supone que el verso “Tamo´online como Youtube, conecta´os como bluetooth. Si me dejas yo soy aguja y tú mi muñeca vudú-dú” va a lograr?

Este artículo no es una crítica al artista ni a su música. Bueno, no solo lo es, sino también un punto de partida para generalizar una característica que tienen estos géneros y sus letras: la banalidad.

La música es entretenimiento, sí, pero no olvidemos que también es un medio de expresión de ideas y sentimientos. Entonces, ¿qué ideas y sentimientos estamos escuchando? La crítica no es mala, la crítica sirve para reflexionar, para interiorizar, para comprender. Entonces, seamos críticos con las canciones y con los artistas –o quienes creen serlo-, seamos críticos con lo que escuchamos para no seguir recorriendo el tutúnel de la banalidad en el que nos estamos metiendo.

EL TUTUNEL HACIA LA BANALIDAD

1570184261_636923_1570184591_noticia_nor

NIALL HORAN

Una crítica a lo nuevo del ex One Direction, Niall Horan.

foto 3.jpg

GRAMMY LATINO

Artistas peruanos nominados a una de las premiaciones más esperadas en Latinoamérica.

foto 1.jpg

SUPER BOWL

Un recorrido por las mejores presentaciones de la historia.

bottom of page